sábado, 6 de septiembre de 2014

'El pequeño Volvo' cumple 70 años

El pasado 1 de septiembre se cumplió el 70 aniversario del PV444, apodado ‘el pequeño Volvo’, símbolo de la nueva Volvo tras la Segunda Guerra Mundial, además de ser el inicio histórico de las exportaciones del fabricante sueco al mercado de Estados Unidos.
 
El 1 de septiembre de 1944, el Volvo PV444 era presentado en el recién construido Royal Tennis Hall de Estocolmo, estando en curso aún la Segunda Guerra Mundial.
 
Volvo tenía la mirada puesta en la paz, que vendría en breve plazo de tiempo, un año más tarde, y con el PV444 quería mostrar lo que el público desearía cuando finalizara la contienda. De hecho, en la exposición estaban el PV60 y el PV444, que fueron llamados las ‘palomas de la paz de Volvo’ en la revista Ratten de clientes de Volvo.
 
El PV60 fue un diseño anterior a la Guerra estrenado en 1940, pero cuando la Segunda Guerra Mundial estalló los planes fueron descartados debido a que la producción de vehículos civiles por parte de Volvo cesó prácticamente.
 
La gran estrella de la exposición en el Royal Tennis Hall fue el ‘pequeño Volvo’, el PV444, en cuyo desarrollo habían trabajado alrededor de 40 diseñadores. Un modelo de madera a gran escala fue construido y pintado en negro, y cubierto con pintura de plata los espacios destinados a ser ventanas y sobre él los fundadores de Volvo, Assar Gabrielsson y Gustaf Larson, decidieron que el coche se fabricaría y con ello cambió la historia de la marca sueca.
 
Durante la exposición se firmaron 2.300 acuerdos de venta para el PV444, pero pasaría un tiempo antes de ser entregados a los clientes, porque a este evento siguieron unos años en los que los prototipos fueron sometidos a pruebas difíciles. El 3 de febrero 1947 fue firmado el primer coche para comenzar la producción en serie un mes después.
 
El PV444 no fue sólo el primero y más pequeño coche hecho por Volvo. También fue el primer modelo con una carrocería monocasco, dotado de un motor de cuatro cilindros de 1.4 litros cuya primera versión era capaz de entregar una potencia de 40CV. Fue un diseño completamente nuevo y fue el primer diseño de Volvo con válvulas en cabeza para un coche de pasajeros.
 
Todas las unidades del modelo PV444 se comercializaron en negro con pintura de celulosa con partes metálicas, en tanto el interior del coche fue pintado en un color verde claro.
 
Cuando se presentaron el PV60 y PV444 las exportaciones de Volvo eran modestas, hasta que el 15 de agosto de 1955 se hace la primera entrega en Los Ángeles, para al año siguiente convertirse en la segunda marca de importación en California.
 
Originalmente, estaba prevista la producción de 8.000 unidades del PV444, un objetivo muy audaz, dado que Volvo nunca antes había construido más de 2.000 coches. Pero el ‘pequeño Volvo’ cambió la historia.
 
Casi 200.000 PV444 se produjeron hasta 1958. Si se incluye el PV544 modernizado, que fue producido hasta octubre de 1965, el total se convierte 440.000 coches.

viernes, 5 de septiembre de 2014

El coche que quiso exterminar al Porsche 911

El Porsche 928, con su V8 y sus aires de Gran Turismo, llegó con la idea de sustituir a un 911 que a finales de los 70 parecía perder fuelle. No lo consiguió, pero sí dejó una huella imborrable.
 
Hay que reconocer que en Porsche pecaron de ilusos cuando pensaron, allá por 1977, que la vida del 911 estaba llegando a su fin. El mítico deportivo parecía sentenciado por la marca, pensaban que ya había cumplido su vida útil y que era buen momento para ceder el testigo a un nuevo modelo que habría de ser mejor en todos los aspectos. Cierto es que el nueveonce era poco práctico. Rápido, sí, pero complicado de conducir, pequeño en su interior y menos turismo de lo mucha gente demandaba.
Fue entonces cuando llegó el Porsche 928. Un modelo más grande en sus aspiraciones, que se lanzó al mercado en 1978 con un diseño muy moderno para la época. Su trasera redondeada y sus faros escamoteables marcaron un cambio de tendencia en la marca. Pero la novedad no estaba solo en sus formas, sino en sus cuatro plazas utilizables, su tacto de chasis más cómodo y mejor afinado frente al de un 911 y, lo más importante, en su motor.
 
Lo que había bajo el capó en un V8. Por primera vez Porsche dejaba de lado sus propulsores de cuatro y seis cilindros bóxer para meterse en el mundo de los ocho cilindros en V. Además, iba montado en la parte delantera en lugar de ir descolgado sobre el eje trasero -seña de identidad de la marca hasta el momento-, estaba refrigerado por agua y llevaba la caja de cambios en la parte trasera -disposición transaxle- para lograr que el reparto de pesos fuera lo más equilibrado posible.
Semejante cambio no lo vieron con buenos ojos los amantes de Porsche, que consideraban todo aquello un sacrilegio y una ruptura de los esquemas tradicionales de la firma de Stuttgart. Pero el Porsche 928 ya estaba en el aire y empezó a venderse con una cadencia quizá algo menor de lo previsto, aunque a paso sostenido. La primera versión, denominada 928 sin más, se mantuvo en el mercado entre 1979 y 1982, y se movía gracias a un V8 de 4,5 litros y 240 CV. Se podía elegir con cambio manual de cinco velocidades o automático de tres -más adelante de cuatro-.
El hecho de ser un coche de aspiraciones burguesas hizo que se vendiera un 80% de la versión automática, frente al discreto 20% restante de la manual, algo que en un principio sorprendió a algunos. Más adelante llegó el 928 S (1980-1986), que elevó la cilindrada hasta los 4,7 litros y la potencia hasta los 300 CV; la escalada continuó con los 928 S4 (1987-1991), 928 GT (1989-1991) y con el que se encargó de cerrar la saga: el 928 GTS, que se mantuvo en el mercado entre los años 1992 y 1995, y que rugía con su 5.4 V8 de 350 CV.
 
Y así terminaba la historia de un Porsche realmente bello, que llegó para rehacer los pilares de la marca y que, a pesar de que se mantuvo unos buenos años a la venta, no llegó a lograr del todo su objetivo. Quizá haya que buscar la explicación -o parte de ella- en su elevado precio, ya que se convirtió en el modelo más caro de la gama. En cualquier caso, no fue capaz de desbancar al 911, que siguió su andadura en pararalelo... ¡afortunadamente! Y es que por mucho que nos guste el 928, el nueveonce es mucho nueveonce.

martes, 2 de septiembre de 2014

Una joya única del automóvil: Bergholt Streamline

Hace poco hablaba del raro Phantom Corsair creado por el visionario hijo del imperio Heinz. Dentro de estas rarezas que ha dado el mundo del automóvil, el Streamline es una de las menos conocidas. Fred Bergholt fue un norteamericano que vivió los años 30, cuando la aviación y el automovilismo estuvieron más cerca que nunca. Magnates, visionarios y las propias marcas de coches aplicaron las técnicas de la cada vez más decisiva industria aeronáutica para crer el mejor automóvil, el coche del futuro.
Originario de Mineápolis, capital de Minesota, Bergholt tenía un gran interés en el campo de la aerodinámica y su aplicación en el diseño de carrocerías. En 1927, convencido de que sus conocimientos y experiencias podrían plasmarse en un vanguardista vehículo de cuatro ruedas, inició el desarrollo de su Streamline. Algo que se tomó con calma, pues tenía dinero suficiente para financiarse gracias a su propio y próspero negocio de productos cosméticos.
 
Su proyecto estuvo terminado en 1932 y para motorizarlo recurrió al sempiterno motor Ford V8, garantía de fiabilidad, potencia y respuestas contundentes. Muy avanzado en sus planteamientos, se adelantó incluso al futurista Pierce-Arrow Silver que se presentaría en el Salón de Nueva York en 1932. El revolucionario Tatra T77 checo, el primer automóvil con carrocería desarrollada en un túnel de viento.
 

De prototipo a coche anuncio

Convencido de su obra, Bergohlt ofreció su Streamline a los principales fabricantes norteamericanos. Pero la situación económica de la depresión y lo avanzado del proyecto hicieron que no prosperara su propuesta de fabricarlo en serie. De hecho, Chrysler sufrió en 1934 un sonado fracaso con su anticipador Airflow, que compartía ciertos conceptos técnicos con el Streamline.
Decidido a rentabilizar su automóvil, Bergholt lo dedicó a finales de los años 30 a promocionar por todos los Estados Unidos su línea de productos de belleza "Madam White". La llegada del espectacular automóvil y de las bellas ocupantes que promocionaban los cosméticos de Bergholt no dejaron indiferente a un país que, por segunda vez en ese siglo se preparaba para ir a una guerra mundial.
 
Ejemplar único, el Streamline acompañó el resto de su vida a Fred Bergohlt que, orgulloso, no quiso desprenderse nunca de su visionario automóvil. Después de su muerte en 1978, el coche durmió el sueño de los justos hasta su completa restauración, ya en el año 2006 del nuevo siglo. Pieza codiciada por los mayores coleccionistas, RM Auctions lo sacó a subasta en 2010 por un precio inicial de 82.500 dólares.
 

Un nuevo bólido llega a la pista: Tushek TS600

A casi nadie en el mundo de los deportivos le sonará la marca Tushek & Spigel. Normal pues es una nueva firma de origen austriaco y esloveno dedicada a construir espectaculares coches de altas prestaciones.
 
La historia de la nueva firma está protagonizada por Aljosa Tushek, un brillante diseñador esloveno, que ha encontrado en el empresario austriaco Jacob Carl Spigel el apoyo necesario para desarrollar sus ideas. Ya en 2011 la marca se dio a conocer con su prototipo TS500, que una vez evolucionado a dado como resultado el actual TS600.
Al igual que su antecesor, el TS600 recurre para motorizarse a un V8 4.2 de origen Audi, ya bien conocidos bajo los capós de los impactantes RS4 y R8. Pero no contento con el rendimiento de este motor atmosférico para su bólido, Tushek le ha dotado de un compresor, elevando su potencia hasta los 630 caballos, 180 por encima que el primer Tushek TS500 discretamente presentado hace tres temporadas.
 

Habrá un TS700

Teniendo en cuenta este nivel de potencia, que hace entrar al Tushek de lleno entre los deportivos más rápidos del momento, su potencial mejora aún más si nos fijamos en su construcción. Al emplear prolíficamente fibra de carbono, aluminio y titanio en su construcción, el Tushek TS600 pesaría sólo una tonelada, lo cual le dota de una relación peso/potencia de 1,6 kg/CV.
La marca centroeuropea ha adelantado unas impactantes prestaciones obtenidas en las primeras pruebas en circuito. El TS600 acelera de 0 a 100 kilómetros por hora en 2,9 segundos y ha sido cronometrado ya a 351 kilómetros por hora.
Los buenos resultados han dado muchos ánimos a los responsables de Tushek & Spigel, que ya se han puesto manos a la obra sobre una tercera y más poderosa evolución de su deportivo: el TS700.
Sin duda es una muy buena noticia después de la reciente desaparición de pequeñas firmas de coches artesanales como Wiesmann.

El Lamborghini Huracán más circuitero

Nunca lo veremos rodando por la vía pública, pero sí dando lo mejor de sí en los circuitos de la Lamborghini Blancpain Super Trofeo. Modificado hasta el extremo, este Huracán tan especial es un tracción trasera de 620 CV hecho a base de carbono, aluminio y composite.
 
La última bestia de Sant?Agata Bolognese ya está aquí. Se llama Lamborghini Huracán LP 620-2 Super Trofeo y, como habrás adivinado, no se trata de un modelo de calle sino de uno destinado a volar raso en los circuitos incluidos en la competición Blancpain Super Trofeo, que se celebra en tres ediciones diferentes (Europa, Asia y EEUU).
Este Lamborghini sustituye al Gallardo que tomaba parte en la citada competición y se basa en el actual Huracán, aunque cuenta con una serie de modificaciones profundas enfocadas a mejorar su eficacia en la pista. Para empezar, su chasis mezcla carbono y aluminio, y ofrece una geometría modificada que mejora la refrigeración, la aerodinámica y el espacio reservado a la caja de cambios. En la báscula arroja una cifra de 1.270 kilogramos y su reparto de pesos es de 42/58 % entre los ejes delantero y trasero.
 
Cabe destacar que la carrocería, hecha a base de composite, es obra de la empresa de Gian Paolo Dallara, ingeniero que estuvo muy ligado a los orígenes de Lamborghini y que, entre otras cosas, estuvo involucrado en el desarrollo del Miura, un modelo mítico a estas alturas.
En las entrañas del Lamborghini Huracán LP 620-2 Super Trofeo se esconde el mismo motor V10 de 5,2 litros del Huracán ?normal?, aunque en este caso la potencia pasa de 610 a 620 CV. Otra modificación importante en este modelo de competición es la transmisión, que abandona el doble embrague de siete velocidades para incluir otra automática, firmada por Magneti Marelli, de un solo embrague -con tres discos- y seis velocidades, sin duda más rápida y resistente en un uso intensivo.
 
La tracción integral del Huracán también se pierde, y en el caso del Super Trofeo nos encontramos con un eje trasero motriz, encargado de transmitir toda la potencia al suelo mediante unos ?zapatos? Pirelli de 315 milímetros de ancho. En cuanto a la electrónica, como buen coche de carreras que es, este Lamborghini no tiene ESP, aunque sí dispone de control de tracción y de un ABS con 12 modos diferentes para ajustar la frenada a las condiciones requeridas.

Ryno, la moto eléctrica de una sola rueda

Triciclos, 'quads' y hasta Segways hemos visto por la calle haciéndole la competencia a las motos de dos ruedas, pero nunca habíamos llegado a pensar que podríamos ver a este tipo de vehículos circulando tan solo con una.
 
Ryno es ese nuevo y espectacular vehículo. ¿Qué tiene de especial? Pues lo dicho: una sola rueda, aunque se comporta como una moto normal y corriente con la que poder surcar las carreteras hacia el trabajo o cualquier otro lugar.
El invento, diseñado por el ingeniero Chris Hoffmann, tiene un precio de 5.295 dólares (unos 4.000 euros al cambio) y alcanza las 25 mph (unos 40 kilómetros por hora). Por ese motivo, Ryno es un vehículo perfecto para manejarse por la ciudad y si ya era fácil aparcar con una moto, con ésta, prácticamente, te la puedes subir a casa.
 
Se trata, además, de la tercera edición de este vehículo, pues su primer prototipo presentado hace unos años era inestable y de difícil manejo, hándicaps que parecen haber sido solucionados en esta generación. La web Engadget ha podido probarla y al parecer es una auténtica pasada. Gracias a su robusta rueda, la moto se comporta de maravilla sin ningún tipo de balanceo y respondiendo a la perfección al movimiento de tu cuerpo. Además, tiene un atractivo diseño con varios colores disponibles.
 
Por el momento, no está en venta y tan solo se puede reservar en su página web, pero sin duda se trata de una aportación muy interesante para los conductores de las dos, o una, ruedas.
 

sábado, 23 de agosto de 2014

Récord en subastas de coches: un Ferrari 250 GTO, vendido por 38,1 millones de dólares

Un Ferrari 250 GTO Berlinetta fabricado en 1962 ha logrado en Carmel, California (EEUU), un nuevo récord en subasta, al cerrar la puja en 38,1 millones de dólares (28,5 millones de euros o 22,8 millones de libras).
 
La subasta, celebrada el pasado jueves 14 de Agosto de 2014, la ha realizado la casa Bonhams y el coche ha formado parte de un lote de diez coches Ferrari de la colección privada Maranello Rosso, con sede en San Marino, que en conjunto logró una puja de 65,9 millones dólares (49,3 millones de euros o 39,5 millones de libras).
 
Entre estos diez Ferrari destacan un 250 Mille Miglia Berlinetta de 1953, un 250 GT Pininfarina Cabriolet Series 1 de 1958 y un 512 BB/LM, empleado en carreras de resistencia en los setenta y ochenta.
 
La subasta, que coincide con la celebración del concurso de elegancia de Peeble Beach, confirma a Bonhams como uno de los uno de los subastadores líderes del mundo de automóviles raros e importantes.
 
Con esta puja, este Ferrari 250 GTO Berlinetta con chasis y motor número 3851GT, estrenado por Jo Schlesser en competición, se ha convertido en el coche más valioso en la historia de las subastas, superando el récord que hasta ahora ostentaba también Bonhams al conseguir vender el año pasado un Mercedes-Benz W196 R F1 Racer de 1954 en 30 millones de dólares.
 
La casa Bonhams relata en un comunicado que postores de todo el mundo se reunieron en el Quail Lodge de Carmel, al tiempo que otros participantes en la subasta lo hicieron por teléfono. El pabellón de la subasta se llenó y el resto del público hubo de seguir la guerra de ofertas través de numerosas pantallas de televisión.
 
La subasta del 250 GT, según Bonham, fue muy intensa con algunos momentos de silencio llenados con aplausos del público asistente hasta que el martillo del director de la subasta cerró la puja y se confirmó el precio final.
 
De la serie GTO se fabricaron 39 unidades entre 1962 y 1963, de las cuales han sobrevivido 31. De ellas sólo 28 tienen el motor V12 de 3.0 litros, considerado el verdadero de los 250 GTO, y entre estos está el subastado por Bonhams, mientras el resto de los GTO fue motorizado con el V12 de 4.0 litros, por lo que su denominación correcta es la de 330 GTO.
 
Los días siguientes continuó la subasta de otros 107 automóviles de colección firmados por numerosos fabricantes europeos y americanos.
 
Bonhams es una compañía de subastas fundada en 1793, para en 2001 dar fruto a la fusión entre Bonhams y Brooks y Phillips Son & Neale, y en agosto de 2002 adquirir la firma Butterfields, principal subastadora en la costa oeste de Estados Unidos.
 
En este momento, Bonhams cuenta con dos grandes salas de ventas en Londres: New Bond Street y Knightsbridge; y otras tres en las regiones del Reino Unido y Escocia. Las ventas también se llevan a cabo en San Francisco, Los Ángeles, Carmel, Nueva York y Connecticut, en EEUU; y Alemania, Francia, Mónaco, Hong Kong y Australia.
 
Bonhams cuenta con una red mundial de oficinas y representantes regionales en 25 países ofreciendo servicios de asesoría de ventas y de valoración en 60 áreas de especialización.

viernes, 22 de agosto de 2014

La diversión no siempre tiene el sello de 98 octanos con Audi

Desde el Audi 100 TDI hasta el RS5 TDI concept han pasado muchos años y han sido innumerables los avances tecnológicos que se han implementado. Aquí damos un repaso a la historia de Audi que más huele a gasóleo.
 

Historia

Hace ahora 25 años, cuando los motores diésel se llevaban más bien poco, Audi decidió apostar fuerte por la turboalimentación asociada al gasóleo, y lanzó al mercado el primer TDI. Esas siglas que ahora son bien conocidas, por aquél entonces a nadie le sonaban. El propulsor que tuvo el honor de abrir este nuevo camino fue un 2.5 de cinco cilindros, que rendía 120 CV y 265 Nm. Iba montado en un Audi 100, nada menos. Estas cifras pueden resultar algo escasas hoy, y más teniendo en cuenta que tenía como misión mover a toda una berlina.
Pero como a veces las apariencias engañan y, además, la gente de Audi ponía a nuestra disposición una inmaculada unidad del primer 100 TDI, no pudimos resistimos a comprobar cómo va ese 'petroleta' ya clásico. Increíble, ¡el coche anda que da gusto! Los 120 CV parecen más y le permiten recuperar y alcanzar puntas que poco tienen que envidiar a los motores modernos. Es más, este coche podría desenvolverse en el tráfico actual sin mayor problema.
Eso sí, llama muchísimo la atención la forma en la que se entregan la potencia y el par, que es totalmente opuesta a la de los motores de hoy. El primer TDI era un motor puntiagudo, que permanecía dormido a bajas vueltas y ganaba nervio justo al llegar a la zona alta del cuentavueltas. Y no es que el turbo sea lento de reacciones, es que las curvas de potencia y par son así, nada planas, sino más bien lo contrario.
En cualquier caso, me parece muy resaltable el poco ruido que hace este motor, lo bien que mueve al coche, lo bien que se lleva con el cambio... De notable alto, vamos. El estreno de Audi en el mundo TDI es como para enmarcarlo, incluso visto a través de los ojos del siglo XXI.
Volviendo a la historia, los años fueron pasando y los motores turbodiésel de la firma de los cuatro aros fueron mejorando. Estos son algunos de los ejemplos más destacados durante el último cuarto de siglo:
- 2.5 TDI cinco cilindros, 120 CV: año 1989. El punto de partida.
 
- 2.5 TDI V6 150, año 1997: primer diésel de inyección directa con bloque en V.
 
- 3.3 TDI V8, año 1999: primer TDI common rail del grupo Volkswagen.
 
- 1.2 TDI 3 cilindros, año 2002: motor para el Audi A2, con bomba-inyector y Start/stop.
 
- 6.0 V12 TDI, año 2008: un monstruo de 500 CV y 1.000 Nm, que dio vida durante poco tiempo al Audi Q7.
 
- 3.0 V6 turbo, 2014: Si lo comparamos con el primer TDI del 89, tiene un 130% más de potencia y rebaja sus emisiones en un 99%. La evolución es evidente. Las prestaciones y la finura son casi incomparables.

Futuro

La pregunta es, ¿cómo ve Audi el futuro de los motores en general y de los TDI en particular? Según comentan algunos ingenieros de la marca, en el año 2030 el 40% de los coches contará con algún tipo de electrificación, mientras el 80% contará con motor térmico.
Probablemente, la hibridación sea la solución más extendida. De cualquier manera, el diésel seguirá estando bien presente. Los TDI, dicen, "son los número uno a la hora de hablar de eficiencia en la cadena cinemática", así que la idea de que sigan en el candelero parece bastante coherente.
Otro dato que nos gusta es saber que "el diésel estará ligado a las emociones", como así nos lo hacen saber. Los motores aburridos no parecen entrar en el horizonte de Audi. De hecho, la idea es llegar en breve a fabricar propulsores con una relación potencia/cilindada de 136 CV/litro. Mientras tanto, nos deleitamos con la recién llegada tecnología del V6 Biturbo de 3 litros con compresor eléctrico, que hemos tenido ocasión de probar en los Audi A6 TDI concept y RS5 TDI concept, cuyas potencias son de 326 y 385 CV, y de los que contábamos nuestras sensaciones hace apenas unos días.
Por otra parte, aparece el Audi e-Diésel como un nuevo combustible aún en fase de investigación, que, de salir finalmente al mercado, mejoraría la contaminación porque es neutro en emisiones.
Pero si nos tenemos que quedar con algo acerca de la idea de Audi con respecto a sus TDI, es precisamente con el concepto de 'Rightsizing'. Nada de downsizing, aquí de lo que se trata es de apostar por la talla correcta, ni grande ni pequeña. Y en este sentido, la marca de los cuatro aros propone una amplia oferta de motores, adecuada a cada uno de sus modelos, desde el 1.2 TDI de 3 cilindros de los coches pequeños hasta el TDI de 14 cilindros y 118.600 CV (MAN) para barcos.
El objetivo de Audi es reducir a 95 g/km de CO2 las emisiones de su gama para el año 2020.

El BMW 507 de Elvis Presley será restaurado tras casi 50 años de abandono

Estaba perdido, dormido y aletargado en una bodega de California. Pero por fin retorna a sus tierras de origen para ser restaurado. El BMW 507 de Elvis vuelve a la vida.

El que fuera y será siempre 'el Rey del rock' cayó rendido ante los encantos de la que, probablemente, sea una de las más bellas creaciones de BMW. El 507 es un descapotable fabricado en la segunda mitad de la década de los 60, que se produjo en una corta serie de 251 unidades (252 según otras fuentes), cuyo precio desorbitado hizo que sólo estuviera al alcance de unos pocos.

Destinado en Alemania, mientras servía al ejército americano en el año 1958, Elvis compró una unidad de este roadster dotado de un motor V8 de 3,2 litros y 155 CV, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8,8 segundos y de alcanzar una velocidad máxima de 217 km/h. Dicen algunos rumores que decidió tapar el blanco original con una pintura roja, cansado de que sus fans femeninas le dejaran, día sí, día también, sus números de teléfono y mensajes de todo tipo en la carrocería, a menudo con pintalabios.

Al parecer, el coche fue comprado por un neoyorkino en 1962, y posteriormente, pasó a manos de otro dueño, que se llevó el coche a California. Desde entonces, el BMW 507 de Elvis Presley había permanecido aletargado en una bodega, sin que nadie más supiera de él. Hoy sabemos que el mítico descapotable, una vez comprobada su autenticidad, ha vuelto a Alemania para ser restaurado en los talleres de BMW.




martes, 19 de agosto de 2014

El orificio que obligó a cambiarle el nombre al Porsche 911

Cuando Porsche se decidió por fin a sustituír su modelo 356, presentó en 1963 el que sería su modelo emblemático e ícono del automovilismo deportivo. Con una disposición interior de 2+2 plazas, un chasis más largo que el del 356, suspensiones más modernas y un seis cilindros tipo bóxer de dos litros de cubicaje, la marca de Stuttgart dio con una fórmula perfecta que se ha perpetuado hasta hoy como paradigma de lo que debe ser un deportivo.

 
Sin embargo, el minuciosamente diseñado Porsche, se topó con una inesperada dificultad nada más prepararse para ser comercializado. Y no era mecánica precisamente.
Resulta que la marca Peugeot tenía registrados como propios todos los números con un cero en el centro, reservados para sus modelos presentes y futuros.
Aunque ambas firmas entablaron unas tensas negociaciones, Porsche tampoco tuvo muchos problemas en sortear esta dificultad. Bastó con renombrar el coche sustituyendo el 0 por un 1, dando así inicio a la saga 911 que lleva en activo más de medio siglo.

 

Cuestión de estilo

El celoso empeño de Peugeot por guardar ceros en el nombre de sus modelos ha sido una constante a lo largo de la historia de la marca francesa, fundada en 1832. Al principio, los modelos eran numerados con dos cifras, y los primeros fueron los 10, 12 o 25. Pero a partir del Salón de París de 1928, se incluyó un cero en el centro de la cifra.
La razón fue que, en esa época, todavía no existía el arranque eléctrico del motor. En algún lugar de la parte delantera, tenía que existir un orificio para introducir la palanca en el cigüeñal para hacer accionar los pistones y el encendido. En la mejor época del diseño industrial, los responsables de estilo utilizaron un cero en el nombre del modelo para disimular la antiestética y visible perforación en la calandra presidida por el león del castillo de Belfort, emblema de la marca.
Esta es la causa por la cual, incluso hoy en día, los Peugeot lleven ceros, ahora dos, en sus denominaciones.

viernes, 15 de agosto de 2014

La historia del Seat 127: el coche que motorizó a los españoles en los 70

Hablar del Seat 127 es poner de relieve la historia de un coche que motorizó a la sociedad española de los años 70. Este pequeño utilitario, práctico y económico a partes iguales, llenó de simpatía las calles y carreteras de nuestra geografía.
 
En 1972 se presentaba en el Salón del automóvil de Barcelona una nueva creación española, el Seat 127. O más bien habría que decir italiana, ya que en realidad la Sociedad Española de Automóviles de Turismo lo que hizo fue fabricar este coche bajo licencia Fiat, como ya hubiera hecho anteriormente con el 600. El nuevo 127 fue idea del prolífico ingeniero Dante Giacosa y pasó a ser el primer tracción delantera heredado de la marca italiana. La carrocería, con un cierto toque coupé gracias a su caída descendente en la parte trasera, fue obra del diseñador Manzoni.
 
Con la década de los 70 casi recién estrenada había llegado al mercado un modelo que debía sustituir al 850 y, a la postre, al 600. El Seat 127 era el nuevo utilitario, un coche de reducidas dimensiones, cuyas aspiraciones iban más allá de la ciudad. Y es que aunque era eminentemente urbano, en la práctica se usaba para todo. Si lo comparamos con un modelo actual, es exactamente igual que un Seat Mii por tamaño. Hoy, a pocos se les ocurre moverse más allá de las calles con un vehículo de este tipo, pero por aquel entonces, un 127 se planteaba como una opción válida para hacer kilómetros en carretera con toda la familia a cuestas.

Pequeño, pero práctico y capaz

El 127 era práctico ante todo. Pequeño, pero muy capaz. Por ejemplo, a pesar de sus 3,5 metros de longitud, cuatro personas cabían con cierta holgura en su habitáculo. En este sentido podría compararse al Mini clásico en cuanto a aprovechamiento del espacio, ya que hasta un 80% del volumen del coche es aprovechable. Por otra parte, se ofrecía con carrocería de tres y cinco puertas, y su maletero con portón, además de práctico, ofrecía un buen volumen de carga.

 
Pero lo mejor del pequeño Seat era su dinámica. Si hoy lo vemos en los rallies de regularidad de clásicos es, entre otras, porque es un coche ágil y divertido de conducir. Es aquí donde reside gran parte de su encanto.
 
Respecto a los motores, había dos disponibles: uno de 903 cc y 45 CV y otro de 1.010 cc y 52 CV. Ya en la época se quedaban algo cortos por sus prestaciones, dado que la competencia estaba dotada de propulsores más desahogados. Sin embargo, eran válidos por su carácter económico y porque iban asociados a una caja de cambios de cuatro velocidades y desarrollos cortos, que apuraban hasta el último caballo a costa de perder en velocidad punta. En cualquier caso, y a pesar de que no alcanzaban velocidades especialmente altas, estos motores (especialmente el 903) son famosos por su querencia a subir de vueltas (tienen nervio en la zona alta, más allá de las 6.000 rpm) y por su sonido, infinitamente más bonito que el de muchos cuatro cilindros modernos.
 
Disponible en dos series, una que se vendió entre 1972 y 1977, y otra (el restyling) a partir de esa fecha, el Seat 127 finalmente cesó su producción en el año 1982 mientras daba paso al Seat Fura, su sucesor.

lunes, 11 de agosto de 2014

OSCA MT4 Siluro Spider

Los hermanos Maserati perdieron el control de su marca justo antes de la II Guerra Mundial. Tras diez años de inactividad fundaron OSCA. El MT4 fue su coche estrella, un sport de pequeña cilindrada que lo ganó todo en su tiempo.
 
¿OOS-qué?", suele ser la pregunta al nombrar la marca italiana. "Un Maserati..." y con eso ya todo el mundo entiende. Y es que, realmente, los OSCA fueron los auténticos Maserati de los años 50.
Veamos: aunque la marca fuera vendida al conde Orsi y alcanzara sus mayores éxitos deportivos bajo su control, ninguno de los tres hermanos Maserati supervivientes intervino en la creación de sus vehículos. Tras la venta, éstos fundaron "Officine Specializate Construzioni Automobili" (OSCA) en 1947, diseñando desde pequeños coches de sport hasta monoplazas de Fórmula 1 y 2. Su modelo MT4 fue un éxito, pues dominó las carreras de pequeñas cilindradas hasta mediados los cincuenta.
 
La unidad que hoy les traigo y con la que han participado en Le Mans Classic tiene el número de chasis 1112 y data de 1949. Puede considerarse como uno de los OSCA más antiguos que se conservan (apenas tres como éste) y está en plena juventud.
La curiosidad de este OSCA es su diseño tipo "Siluro" Spider, un dos plazas que imita la línea de un monoplaza. De hecho, la FIA lo admite en las competiciones de fórmulas de su tiempo con sólo quitarle las aletas y los faros. En cualquier caso, la carrocería de aluminio, de construcción Superleggera, es un prodigio de artesanía. Envuelve un chasis tubular muy básico, pero rígido y eficaz, con el motor y el cambio en posición delantera longitudinal, eje rígido posterior y frenos de tambor en las cuatro ruedas.
                   
En tiempos de postguerra se hicieron populares las carreras de pequeñas cilindradas. Así, la clase hasta 1.100 cc era la categoría reina de muchas competiciones y los motores de Ernesto Maserati eran casi siempre los favoritos. El bloque de cuatro cilindros y 1.092 cc con doble árbol de levas en cabeza no desarrollaba más que 85 CV, pero en su época, sacar más de 80 CV por litro sin sobrealimentación era un prodigio.
 
Aunque los OSCA MT4 eran coches de circuitos, también podían circular por carretera y disputar pruebas como las Mille Miglia. De hecho, nuestra unidad estaba matriculada y llevaba dos faros dentro de la característica parrilla.
 
Tan pronto como caducó la demora acordada con la familia Orsi, los tres hermanos Maserati se pusieron a construir coches de nuevo. Su nueva empresa fue denominada Offizine Specializate Construzioni Automobili y fundada en 1947. En abril del año siguiente ya estaba listo el primer chasis rodante sport, equipado con el motor de 4 cilindros y 1.092 cm3. Villoresi lo impuso en el G.P. de Nápoles y Serafini en el circuito del lago de Garda. Más victorias llegaron en 1949 y el motor se potenció adoptando un doble árbol de levas. En 1950 Faglioli fue primero en las Mille Miglia y Bonetto en Monza. OSCA empezaba a sonar fuerte en los circuitos. Con un motor de 330 CV nacía al tiempo el primer OSCA de Grand Prix, del que se fabricaron dos unidades. El cambio de reglamento de F-1 llevó a los hermanos Maserati a construir Fórmula 2 de bastante éxito al año siguiente.

 En 1953 apareció la primera berlinetta. Las instalaciones se desplazaron a San Lazzaro de Savena (Bolonia) y en 1954 llegó el nuevo motor de 1.500 cm3 y 120 CV con el que Stirling Moss ganó las 12 Horas de Sebring. En 1955 un OSCA batió varios récords de velocidad en la llanura de Bonneville y se logró una larguísima lista de éxitos batiendo a Porsche. Las Mille Miglia, la Targa Florio, los 1000 Km de Monza... nada se resiste a los OSCA en su categoría. FIAT adquirió los derechos de fabricación del motor 1.500. La Fórmula Junior les permitió volver a construir monoplazas y, en 1960, nacía el primer G.T. de la marca: el 1600 GT. Pero en 1963 la empresa ya estaba en quiebra financiera, vendiéndose el grueso de las acciones al conde Augusta (MV Augusta). La marca subsistió hasta 1966, cuando desapareció definitivamente.