martes, 2 de septiembre de 2014

El Lamborghini Huracán más circuitero

Nunca lo veremos rodando por la vía pública, pero sí dando lo mejor de sí en los circuitos de la Lamborghini Blancpain Super Trofeo. Modificado hasta el extremo, este Huracán tan especial es un tracción trasera de 620 CV hecho a base de carbono, aluminio y composite.
 
La última bestia de Sant?Agata Bolognese ya está aquí. Se llama Lamborghini Huracán LP 620-2 Super Trofeo y, como habrás adivinado, no se trata de un modelo de calle sino de uno destinado a volar raso en los circuitos incluidos en la competición Blancpain Super Trofeo, que se celebra en tres ediciones diferentes (Europa, Asia y EEUU).
Este Lamborghini sustituye al Gallardo que tomaba parte en la citada competición y se basa en el actual Huracán, aunque cuenta con una serie de modificaciones profundas enfocadas a mejorar su eficacia en la pista. Para empezar, su chasis mezcla carbono y aluminio, y ofrece una geometría modificada que mejora la refrigeración, la aerodinámica y el espacio reservado a la caja de cambios. En la báscula arroja una cifra de 1.270 kilogramos y su reparto de pesos es de 42/58 % entre los ejes delantero y trasero.
 
Cabe destacar que la carrocería, hecha a base de composite, es obra de la empresa de Gian Paolo Dallara, ingeniero que estuvo muy ligado a los orígenes de Lamborghini y que, entre otras cosas, estuvo involucrado en el desarrollo del Miura, un modelo mítico a estas alturas.
En las entrañas del Lamborghini Huracán LP 620-2 Super Trofeo se esconde el mismo motor V10 de 5,2 litros del Huracán ?normal?, aunque en este caso la potencia pasa de 610 a 620 CV. Otra modificación importante en este modelo de competición es la transmisión, que abandona el doble embrague de siete velocidades para incluir otra automática, firmada por Magneti Marelli, de un solo embrague -con tres discos- y seis velocidades, sin duda más rápida y resistente en un uso intensivo.
 
La tracción integral del Huracán también se pierde, y en el caso del Super Trofeo nos encontramos con un eje trasero motriz, encargado de transmitir toda la potencia al suelo mediante unos ?zapatos? Pirelli de 315 milímetros de ancho. En cuanto a la electrónica, como buen coche de carreras que es, este Lamborghini no tiene ESP, aunque sí dispone de control de tracción y de un ABS con 12 modos diferentes para ajustar la frenada a las condiciones requeridas.

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