viernes, 13 de junio de 2014

SEDAN Mustang, mucho ruido y pocas nueces

El Mustang español suscitó expectativas vanas, pretendiendo que fuese la alternativa económica al Seat 1500. De aquella empresa sólo ha sobrevivido este ejemplar.
En la España de mediados de los sesenta, las ansias de europeizarnos, sobre todo en el sector automovilístico, generaron no pocos y atrevidos proyectos particulares. La mayoría, sin embargo, acabó en agua de borrajas por falta de medios materiales y económicos. De aquellos, unos pocos albergaban un planteamiento técnico más o menos serio e ilusionante, como el caso del deportivo Campeador de Artés de Arcos. Pero muchos fueron calentones de una noche de verano sin fundamento ni predicamento. Las más de las veces se trataba de vehículos artesanales, hechos a mano y aprovechando elementos mecánicos de aquí y de allá.
El mismo año que se anunciaba a bombo y platillo la inminente aparición en nuestro mercado de los Seat 850, Renault 8 y Barreiros-Simca 1000, la prensa nacional se hacía eco también de otras ‘posibles’ empresas de notable envergadura. Glas, Volkswagen, Lancia y Chevrolet, por ejemplo, se hallaban en el epicentro de aquellos dimes y diretes, que al final se llevó el viento…
 
En aquel ambiente de forzado optimismo, desde diciembre de 1964 corrió como la pólvora el anuncio de ‘otro coche auténticamente español: el Mustang’. Pero no el deportivo que Ford acababa de presentar en Estados Unidos, sino un modelo autóctono, proyectado, desarrollado, financiado y construido en Zaragoza por la empresa S.E.D.A.N (Sociedad Española de Automóviles Nacionales S.A.), vinculada a Factorías Nápoles, fabricante de los camiones Nazar, y a Carrocerías Zane.
El sensacionalismo editorial suscitó, de hecho, una fuerte controversia entre las revistas ‘Velocidad’ y ‘Cuatroruedas’. Mientras que la primera daba por cierta y hecha la inminente producción del Sedan Mustang a partir de la primavera de 1965, la segunda ponía en cuarentena la aventura del prolífico emprendedor Vincenzo Angelino Gervasio, basándose en los hechos de que no había detrás de tales informaciones un estudio técnico detallado, ni infraestructuras, ni personal cualificado, ni siquiera un mínimo de capital activo (50 millones de pesetas era una cifra irrisoria para poner en marcha una industria de la nada). Sólo había conjeturas y buenas intenciones por parte del inquieto Vincenzo. 
El tiempo acabaría dando la razón a esta última. El Mustang fue otro ‘quiero y no puedo’ y convirtió a nuestro protagonista en una ‘rara avis’ tan excepcional como desconocida. Incluso hay información contradictoria –escasa, no oficial ni contrastada- al respecto de cuántos se pudieron llegar a construir. Una aboga por una preserie de unos veinte ejemplares, que ante la imposibilidad de ser vendidos en España fueron exportados a Argentina. Lo probable es que todo terminara como empezó, con apenas un par de prototipos terminados y unos cuantos autobastidores desnudos.
Como quiera que sea, uno de aquellos coches sobrevivió: lo rescató un entusiasta maño y hoy lo tienen a la venta los especialistas en motos antiguas HD. Conservado en un estado de aparente originalidad y restaurado el interior hace unos años, su aspecto y características técnicas cuadran con las fotografías y los datos publicados en aquellos meses entre diciembre de 1964 y marzo de 1965.
 
Desde el principio, el Sedan Mustang pretendía ser una berlina de cuatro puertas económica, espaciosa, robusta y funcional, pensada expresamente para ejercer como taxi. De ahí que ni su línea ni su concepción mecánica fueron un alarde de imaginación.
Debajo de una carrocería trazada con escuadra y cartabón y reminiscencias del Renault 8 en la terminación de los capós y las nervaduras del techo, el Mustang esconde un anacrónico chasis independiente del tipo ‘escalera’, con largueros y traviesas de sección cuadrada. Los trenes siguen el planteamiento de los Seat 1400/1500, con triángulos superpuestos en el eje delantero y puente rígido guiado por ballestas en el trasero. Y en cuanto al motor, equipa el Perkins 4-99 diesel de cuatro cilindros, 1.621 cc y 43 CV. Tampoco se desestimó emplear los Matacás, Barreiros o Mercedes-Benz, siempre que fuesen diésel. 
La fase embrionaria en que todavía se encontraba queda patente en el cambio, también de origen Seat. Cabe pensar que para adaptar la caja y colocar el selector en el piso, los mecánicos se viesen obligados a acoplar reenvíos que invirtieron el dibujo de la H, quedando la primera relación a la derecha y abajo.
Por lo demás, nos encontramos con un automóvil cuyo principal atributo radica en su singularidad. Rezuma sobriedad en la terminación y en marcha tiene la aspereza de una obra inacabada. Claro que el motor diesel determina ese tacto tosco. Estas mecánicas no eran entonces lo que son hoy. El repiqueteo y las vibraciones que producían hacían temblar hasta las soldaduras y sus prestaciones estaban más dirigidas a proporcionar fuerza -y bajo consumo- a los vehículos pesados agrícolas e industriales.
Montado en el Mustang, al pequeño de los bloques Perkins le falta tirón (de nervio, ni hablamos). Sus escasos 43 CV a menos de 4.000 vueltas resultan justos para mover con un mínimo de soltura un coche cuyo peso supera la tonelada. Con paciencia, estirando cada una de las cuatro relaciones y en terreno llano, la aguja del velocímetro puede aproximarse a los 120 km/h (unos 110 reales).
 
Como cabía esperar, el bastidor –aunque extemporáneo, como hemos dicho- soporta moderadamente bien ese ritmo pausado. Descartando conceptos como agilidad, es cómodo, la dirección algo pesada y los frenos suficientes.

De todos modos, robustez y consumo -estimado en torno a los 7 litros/100 km- querían ser dos de sus principales argumentos de venta. Otro se centraba en su espacio interior. Con unas dimensiones exteriores similares a las del Seat 1500, el habitáculo da cobijo a cuatro pasajeros con holgura. Aunque a diferencia de aquél, el prototipo maño dispone de dos butacas delanteras independientes.

jueves, 12 de junio de 2014

El límite a 30 km/h será mayoritario en las ciudades después del verano

La directora general de Tráfico, María Seguí, ha explicado este jueves que el nuevo reglamento, que está actualmente en fase de tramitación de alegaciones, tendrá su versión final en unas semanas y, una vez aprobado, podrá entrar en vigor en un periodo de 3-4 meses. En este sentido, se ha dirigido a los ciudadanos para señalar que "no hay nada que diga el reglamento que no pueda empezar a hacerse ahora mismo".

La directora general de Tráfico, María Seguí, aseguró este jueves que el límite de velocidad en “la mayoría de las calles de nuestras ciudades” se reducirá a 30 kilómetros por hora en las vías con un máximo de un carril por sentido, o 20 en el caso de las zonas peatonales, cuando entre en vigor el nuevo Reglamento General de Circulación, lo cual está previsto para después de este verano.
La intención de la DGT es que el límite genérico actual de 50 kilómetros por hora en las ciudades se mantenga cuando las calles tengan más de un carril por sentido. Si son de un solo carril y sentido único de circulación o con un carril por sentido el límite baja a 30 km/h, y si las vías urbanas cuentan con una plataforma única de calzada y acera, a 20 km/h.

En declaraciones a los periodistas después de participar en la inauguración de una jornada sobre políticas europeas de movilidad urbana, en Madrid, Seguí destacó que el Reglamento General de Circulación, que desarrollará la última reforma de la ley de tráfico, será aprobado “en unas semanas”, pero se trasladará a las carreteras y las calles tres meses después.

“El nuevo Reglamento incluirá nuevas herramientas. La principal es la reducción de la velocidad en la mayoría de las calles de nuestras ciudades, de modo que la convivencia entre peatones, ciclistas, motoristas y vehículos alcance una sustancial mejora y se reduzcan las cifras de siniestralidad dramáticas”, apuntó.
Seguí recalcó que las vías urbanas de España concentran un 25% de los fallecidos y el 60% de los accidentes de tráfico en los que hay al menos un herido, de manera que confió en que los nuevos límites de velocidad contribuyan a que la siniestralidad en las ciudades “disminuya cuanto menos con la misma celeridad e intensidad que en el entorno interurbano”.

“La velocidad de los vehículos motorizados se reducirá notablemente. Hablamos de zonas peatonales con límite de 20 km/h o 30 km/h en las calles que tengan un carril en cada sentido, lo cual tendrá que tener un impacto directo cuanto menos en los peatones. Hay aproximadamente 380 peatones fallecidos cada año, la mayoría de ellos en el entorno urbano”, apostilló.

sábado, 17 de mayo de 2014

Restauración de la caja de cambios y transfer

Una vez que ha sido desmontada la caja de cambios del chasis ya podemos comenzar con su preparación. Primero lo que hacemos es darle un buen lavado con la pistola a presión, porque como se puede ver en las fotos, tiene una buena capa de roña.
 


 Una vez que se ha limpiado, si el resultado no ha sido lo que esperábamos, pués a seguir limpiando, pero en este caso utilizamos desengrasante de motor y para las zonas con más costra un poco de espátula. El objetivo es dejarla lo mejor posible, ya que a continuación le daremos una mano de lija para eliminar las imperfecciones de la pintura vieja y preparar la base para el siguiente paso.



 
Una vez limpia y lijada, ya podemos darle la mano de pintura para protegerla del óxido y hacerla más atractiva a la vista.



 
Ya la tenemos lista para pasar al montaje de la misma, después de su paso por el desmontaje, restauración y reparación.

domingo, 27 de abril de 2014

Restauración de los bajos de la carrocería


Una vez que tengo la carrocería o bañera desmontada al completo (interruptores, chivatos, cableado, relés y demás sistemas y piezas), comenzamos con una valoración del estado de la chapa, para detectar posibles zonas oxidadas, podridas o deformadas; en tal caso procederíamos a su reparación o sustitución de las zonas afectadas. En mi caso no tengo ningún podrido en la carrocería, solo un par de chapas algo dobladas, que las he enderezado y listo.
 

 

Una vez reparada las zonas en mal estado, continuamos con una limpieza concienzuda de todos los bajos de la carrocería para eliminar todo rastro de grasa, aceite, barro... Cuando lo tenemos limpio, llega la hora de la lija o bien un buen arenado, yo lo he lijado de punta a cabo.
Después del lijado se le aplica una mano de convertidor de óxido, una vez seco le apliqué una capa de imprimación antioxidante y por último una buena capa de pintura antigravilla y antisonora. Tras terminar todo este proceso ya podemos presumir de una carrocería con los bajo sanos y listos para aguantar otros tantos años.


 

sábado, 26 de abril de 2014

Reparación de la caja de cambios

Tras abrir la caja de cambios para la limpieza y la valoración de la piñonería, observé que los dientes del piñón de la segunda velocidad estaban en muy mal estado. Al piñón de segunda le faltaban mucho material, por arrancamiento sobre todo, así que procedo al desmontaje de la piñonería para su sustitución.

Para proceder a la apertura de la caja de cambios, comenzamos con poner la palanca del cambio en la posición de primera velocidad para que nos facilite la extracción de la tapa al no chocar las horquillas de la palanquería. A continuación destornamos la palanca de cambio y la quitamos, seguimos con quitar los 6 tornillos que fijan la tapa y tiramos de ella hacia arriba.


Una vez quitada la tapa ya podemos comenzar con sacar los ejes primarios y secundarios, en mi caso solo he sacado el eje secundario, ya que es donde se encuentra el piñón de segunda que tengo que sustituir. Cuando tengamos quitado el eje secundario, seguimos con el desmontaje de los piñones y sincronizadores, cuando lo vayamos quitando lo vamos metiendo en una cuerda en el mismo orden para cuando llegue el piñón nuevo saber en que orden van las piezas desmontadas. Al quitar los sincronizadores hay que tener mucho cuidado con que no se nos caigan unas chapitas, bolas y muellecillos que se encuentran en el interior de las coronas sincronizadoras.


Ya que tenemos la caja de cambios desmontada, aprovechamos para hacer una limpieza y esperamos a que nos lleguen los recambios pedidos.
Una vez recibido los repuesto, nos ponemos manos a la obra. El ensamblaje de las piezas que forman el eje secundario (piñones, rodamientos, sincronizadores...), es tan sencillo como seguir el orden inverso al de desmontaje; para ello dejamos todas las piezas atadas con una cuerda, y claro está, en el lugar del piñón de segunda, colocamos el nuevo que hemos recibido.
La única dificultad con la que nos podemos encontrar, es a la hora de encajar el eje primario con el eje secundario, ya que entre ellos tenemos que colocar el rodamiento de agujas; pues para evitar que se caigan las agujas una y otra vez, podemos poner un poco de grasa consistente para que las agujas se queden pegadas y no se caigan con el movimiento.
Y ya una vez todo montado, juntas nuevas y a cerrar la tapa.


viernes, 28 de febrero de 2014

Restauración de los ejes y las ballestas

Lo primero de todo comenzamos con el desmontaje de las ballestas de sus correspondientes ejes, para conseguir un mejor acabado y mayor facilidad de trabajo. (Lo suyo sería desmontar todas y cada unas de las láminas de las ballestas para prepararlas todas perfectamente, pero como no tengo los medios necesarios para después fechar las ballestas, no puedo hacerlo de esta forma).



Seguidamente procedemos con una limpieza concienzuda a base de agua y jabón a presión, para eliminar la mayor cantidad de suciedad posible.
A continuación cogemos a nuestros amigos el cepillo de acero y la lija, y lijamos todas las piezas para eliminar el posible óxido, restos de pinturas viejas....

Una vez todo lijado, seguimos con la imprimación antioxidante, para evitar la oxidación y conseguir una buena base para la posterior pintura. Pero antes de imprimar, debemos limpiar toda la zona a imprimar con papel empapado en disolvente para eliminar toda la suciedad que pueda tener el metal (polvo, restos de pintura, aceite, grasa...), así evitamos que la pintura se levante.

Y ya imprimado solo nos queda dale una buena mano de pintura, antes de pintar es recomendable pasarle un papel con disolvente para que la pintura no presente ningún defecto.
Yo le pongo pintura negra mate, que me gusta más que la pintura negra brillante.

Ala!! Ya está terminados, solo nos queda montarlos de nuevo para posteriormente colocarlos en su lugar en el chasis.
P.D.: Los tambores no los he preparado, porque tengo pensado hacerlo cuando los desmonte de los ejes.

martes, 24 de septiembre de 2013

Restauración del deposito de combustible

En cuanto al deposito de combustible podemos encontrarnos con distintos estados de este, en mi caso al estar lleno de combustible no ha condensado nada de agua y está totalmente sano por dentro, en el caso que haya condensado agua estará muy oxidado por dentro. Para la reparación del depósito por el interior recomiendo un producto que es muy bueno para limpiar el óxido y sanearlo por el interior, el producto del que hablo es Tankerite.
 
En mi caso no tuve que tratarlo interiormente, por lo tanto le desmonté el aforador para limpiarlo y repararlo y el conducto de salida para limpiar el filtro que tiene en el extremo interior.
Una vez desmontado todo comencé con una buena limpieza con agua y jabón a presión y seguidamente un buen lijado para dejarlo en el hierro desnudo quitándole todo el óxido y restos de pintura vieja.  Cuando lo tenemos limpio y lijado le damos una buena mano de convertidor del óxido y posteriormente una imprimación antioxidante.

Tras el secado de la imprimación le aplicamos una mano de pintura antigravilla, esta pintura resguardará a la chapa de posibles impactos de piedras, evitando que la chapa se quede al descubierto y comience de nuevo a oxidarse.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Restauración del chasis

Comenzamos con la limpieza con agua y jabón a presión para quitar toda la suciedad posible. Una vez limpia nos armamos de valor y cogemos la lija y lijamos todo el chasis al completo, el fin del lijado es eliminar todo el óxido que encontremos y los restos de pintura vieja y en mal estado para dejarlo en el hierro desnudo.
 
Cuando ya lo tenemos al completo lijado le aplicamos una buena capa de imprimación para que lo resguarde del óxido y las inclemencias del tiempo, y a la vez nos sirve como una buena base para el posterior pintado. Antes de la imprimación es recomendable darle una capa de convertidor del óxido, de esta forma nos aseguramos que el chasis no siga oxidándose bajo la pintura, ya que cualquier resto de óxido lo convertirá en metal duro y sano.


 
 
Ya por último le aplicamos una buena capa de pintura antigravilla, y ya tenemos el chasis totalmente restaurado.





sábado, 17 de agosto de 2013

Restauración de la caja de dirección

La caja de dirección es la que se encarga de hacer girar las ruedas para seguir la trayectoria deseada, cuando giramos el volante.
Una vez desmontada la caja de dirección he observado que no tiene holgura ninguna, pero en caso de que tuviese, esta caja de dirección puede ser ajustada.
 
A primera vista vemos que está muy sucia y llena de aceite hidráulico procedente de la misma, por tanto procedemos al limpiado; como pierde aceite la abriremos (aprovechamos que la tenemos abierta para limpiarla por dentro) y sustituimos todas las juntas.

Una vez limpia y todas las juntas sustituidas, la lijamos. 

 
 Una vez lijada y desengrasada, se le da una mano de imprimación y una vez seca la pintamos de pintura negra.



Ya está lista para montarla cuando le llegue el momento.