Hasta ese momento la deportividad en un compacto se entendía de otra manera. Tuvo que llegar Volkswagen con su Golf GTI para sentar las bases de cómo debía ser un coche así. A partir de este momento, los rivales empezaron a mirarse en su espejo.
De las manos de Giorgetto Giugiaro salieron los bocetos que, finalmente, se convirtieron en el primer Golf. Corría el año 1974 y el Volkswagen Golf comenzaba su andadura en un mercado nada saturado de modelos compactos, algo que a la postre le acabaría beneficiando. De hecho, fue salir a la calle y convertirse en el modelo de moda, la referencia, el coche a copiar por cualquier otro fabricante. No pensemos que esto es algo reciente, ya desde sus orígenes fue así. ¿Cómo no iba a ser un referente este coche que logró que las familias de los 70 y 80 valorasen la opción de moverse en un compacto de 3,7 metros en lugar de las berlinas?
Pero vamos a lo que aquí nos importa: la versión GTI. Dos años después de que el Golf saliera al mercado llegó está variante realmente excitante, que escondía bajo el capó un motor de 1.600 cc y 110 CV. Mucho para la época. Es curioso ver el cambio de tendencias que ha habido con los años. Si hace 40 años la idea era acoplar motores de tamaño más bien grande en carrocerías pequeñas para lograr compactos con mucha garra, hoy es al revés: el motor tiende a hacerse cada vez más pequeño, aunque esto no suponga una merma en las prestaciones.
En el caso del Golf GTI actual, este ejemplo no se cumple del todo, ya que su propulsor tiene una cilindrada un poco mayor, si bien es cierto que genera el doble de potencia y par, mientras reduce de forma notable el consumo y las emisiones. Así que nos vale también para ejemplificar el aumento exponencial de rendimiento. De los 69 CV/litro del GTI original hemos pasado a los 115 CV/litro del GTI 7 Performance. Volkswagen Golf GTI y GTD: ¿cuál elegir?
Creando el concepto de compacto deportivo
Volviendo al modelo vintage, que es el que hoy nos ocupa, hay que decir que llegó en 1976 rompiendo moldes y creando el concepto de compacto deportivo. Algo que se convirtió en indispensable rápidamente, ya que desde entonces no hay un solo fabricante que no tenga una variante así en su gama. La imagen de marca es importante, no cabe duda.
Frente a cualquier otro Golf de su generación, el GTI disfrutaba de una altura rebajada al suelo, de unos discos sobredimensionados y de ese motor 1.6 de 110 CV que citábamos unas líneas antes. Dotado de inyección y asociado a una caja de cambios manual de cinco velocidades (bastante cerradas), este propulsor destacaba por sus buenas prestaciones y su facilidad de uso. La potencia y el par llegaban en la zona alta del cuentavueltas, pero la respuesta al acelerador era muy lineal, sin sobresaltos de ningún tipo. Esto hacía que el Golf GTI fuese un coche muy utilizable, igualmente apto para ir tranquilamente de paseo por la ciudad como para rodar con el cuchillo entre los dientes por una carretera revirada dejando en evidencia a coches de mayor potencia.
Más adelante, a principios de los 80, llegaría la versión GTI con motor de 1.800 cc. Más cilindrada, un pelín más de potencia (apenas 2 CV, hasta legar a los 112) y de par, regímenes de revoluciones más bajos para alcanzar las cifras máximas y, por lo tanto, mayores posibilidades de uso de las que ya tenía de por sí el 1.600. Todo esto, además, se tradujo en una capacidad de aceleración y una velocidad máxima superiores.
El Volkswagen Golf GTI, con casi cuatro décadas de historia a sus espaldas, es hoy un clásico en toda regla. Un coche muy bien valorado y que se deja ver en eventos de regularidad con frecuencia. No es raro encontrar unidades en buen estado en el mercado actual de coches usados y, desde luego, basta subirse a uno y conducirlo durante un rato para darse cuenta de que podría ser, perfectamente, un compañero actual para el día a día.