Hace 70 años la Operación Overlord de los aliados invadió Francia para terminar de una vez por todas con la II Guerra Mundial. Más de 250.000 soldados y 150.000 vehículos llegaron en aquellos días a las playas de Normandía para enfrentarse a las defensas alemanas y avanzar tan rápido como se pudiera hacia París para liberarla de la ocupación.
En esta acción militar sin precedentes tomaron parte decisiva los vehículos ligeros. Todavía algunos de aquellos protagonistas de cuatro y dos ruedas siguen funcionando en manos de particulares o de museos que los mantienen como parte de la historia reciente. A continuación se detallan los coches y las motos que los ejércitos utilizaron en la llamada batalla de Normandía.
Jeep Willys (EEUU)
Desde 1940, el ejército americano tuvo la necesidad de disponer de un vehículo ligero de reconocimiento, rápido, ágil en cualquier terreno y de mecánica sencilla. Encargó a Willys y a Ford su desarrollo, ganando la primera el concurso con su modelo MB. Pero Ford pasó también a suministrarlo por razones estratégicas bajo el nombre de GPW. Las siglas GP (General Purpose) que definían este vehículo en el ejército, dieron origen al apodo de 'Jeep' que acuñaría a la marca hasta nuestros días.
Extremadamente compacto, con sólo 3,36 metros de largo, pesaba 1.400 kilos y llevaba un motor Overland de cuatro cilindros con 60 caballos. Alcanzaba los 105 kilómetros por hora y disponía de una autonomía de 380 kilómetros.
Dodge T214 WC 51-52 (EEUU)
Se trataba de un vehículo de transporte ligero que se desarrolló a partir del Dodge W C3 y que estaba incluido en el tipo WC (Weapons Carrier) del ejército norteamericano. La diferencia entre el 51 y el 52 era que este último disponía de un cabrestante con una potencia de arrastre de 2,2 toneladas.
Sus neumáticos labrados y su robustez le hicieron especialmente útil en el desembarco, haciéndose casi tan famoso como el Willys. Muy versátil, se utilizó tanto en el transporte de armas o munición como en el de tropas, fabricándose también una versión de chasis alargado. Desde entonces, al igual que el Jeep, estuvo presentes en casi todos los conflictos hasta la guerra de Corea.
Medía 4,24 metros de largo, pesaba 2.500 kilos y utilizaba un motor Dodge 3.7 de seis cilindros con 92 caballos de potencia y disponía de una autonomía de 440 kilómetros.
Bedford MWD GS (GB)
Los Bedford eran unos populares camiones ligeros fabricados en Inglaterra por General Motors. Al comenzar la guerra, este vehículo industrial se adaptó a la utilización GS (General Service). Se caracterizaba por su sencillez de construcción, con una doble cabina y una caja de carga de madera en la que podían transportarse 750 kilos. Sobresalí por su buena estabilidad y por su capó inclinado dotaba al conductor de mayor visibilidad, lo cual ayudaba en el caos en que se convirtió el campo de batalla francés.
El MWD GS medía 4,38 metros de largo, pesaba 2.100 kilos y podía transportar un pelotón de diez hombres. Le animaba un motor Bedford 3.5 de seis cilindros con 72 caballos. Llegaba a los 450 kilómetros de autonomía y alcanzaba una velocidad punta de 85 kilómetros por hora.
Kübelwagen 82/Schwimmwagen (DE)
Este peculiar vehículo no era otro que el utilitario Volkswagen 60 adaptado a su uso militar como vehículo ligero, capaz de transportar a cuatro soldados con su equipo.
Del Kübelwagen se derivó la versión anfibia denominada Schwimmwagen, que se produciría entre otras plantas nada menos que en la fábrica Bugatti de la ocupada Molsheim. Capaz de vadear ríos y terrenos pantanosos, el "coche que nada" como lo bautizaron los alemanes se mostró muy práctico en Normandía, como enlace, transporte o vehículo de evacuación de heridos. Tanto, que los aliados incorporaron a su parque móvil los que iban capturando a medida que avanzaban hacia París y los distinguían pintándoles la estrella blanca en su chapa.
Con sus 3,82 metros de largo y 725 kilos de peso, sólo necesitaba un ligero motor 1.1 Volkswagen de cuatro cilindros refrigerado por aire con 25 caballos de potencia para moverse con soltura por el campo de batalla, disponiendo de una autonomía de 380 kilómetros. La versión Schwimmwagen sigue siendo el vehículo anfibio más producido de la historia.
Harley-Davidson WLA (EEUU)
Durante la Segunda Guerra Mundial, la fábrica de motos de Milwaukee se centró en producir este modelo y exclusivamente para el ejército. La demanda de la WLA fue enorme, ya que se utilizó en todos los frentes como vehículo de enlace para los estafetas americanos o británicos, policía militar y escolta para los convoyes de suministros. Incluso el ejército soviético recibió una gran cantidad para ser utilizada en el frente del Este.
En orden de marcha, la Harley-Davidson WLA pesaba 330 kilos y su característico motor bicilíndrico en V desarrollaba una potencia de 23 caballos, suficientes para impulsarla hasta los 100 kilómetros por hora.
BMW R12 (DE)
Esta moto alemana se hizo desde la contienda legendaria por su robustez y capacidad para desenvolverse en cualquier terreno, desde la estepa siberiana hasta el desierto africano. Era muy manejable, ligera (188 kilos) y gastaba poco combustible, lo que le proporcionaba una excelente autonomía sobre los 250 kilómetros.
Su motor de dos cilindros opuestos desarrollaba una potencia de 20 caballos y le permitía superar los 100 kilómetros por hora. Dotada de transmisión por cardan, hacía innecesario el mantenimiento de una cadena de transmisión y aumentaba su fiabilidad en terrenos embarrados o polvorientos.
BSA M20 (GB)
La fábrica británica de armamento ligero BSA (British Small Armas) desarrolló tras la segunda guerra mundial una moto apta para dar servicio al ejército. La M20 fue mejorada y equipada en diferentes versiones para actuar en diversos tipos de terreno, ya fueran desérticos o húmedos. Cumplió largamente en la batalla de Normandía, ya que sirvió al ejército británico y canadiense como enlace rápido entre las unidades mientras se desplazaban hacia el interior del país galo.
Cómoda y estable en su manejo, recibió sin embargo más de un improperio por parte de la tropa por su resistencia a arrancar con el motor caliente y que obligaba a accionar numerosas veces su pedal de puesta en marcha.
La BSA disponía de un motor monocilíndrico de 490 c.c. y 12 caballos. Pesaba 280 kilos y alcanzaba los 95 kilómetros por hora. En el eje delantero llevaba una horquilla de paralelogramo, una solución técnica avanzada en aquella época, y sin embargo carecía de amortiguación en el eje trasero.
Norton WD 16H (GB)
La Norton 16H fue diseñada para uso militar y entró en servicio antes que la BSA, que experimentó una evolución más lenta a causa de unos iniciales problemas de fiabilidad. Muy polivalente, sirvió tanto en el frente como en los cursos de entrenamiento para la tropa y utilizada en los enlaces de retaguardia.
Su motor era el mismo que el que llevaba la BSA y, al igual que aquella, llevaba suspensión delantera por paralelogramo y chasis rígido posterior. Pesaba 280 kilos y su cambio de marchas era de cuatro relaciones y era la más rápida de todas las motos en el frente, con una punta de 110 kilómetros por hora. Esta moto estuvo en producción hasta mediados de los años 50 y fue adquirida por ejércitos de toda Europa.
Welbike (GB)
La Welbike era la moto de los paracaidistas. Desarrollada en el centro secreto de Welwin (de ahí le viene el nombre) para las tropas aerotransportadas que tan decisivo papel tuvieron en el desembarco, fue construida para ser lanzada en los contenedores estándar de material que acompañaban a los paracaidistas en sus saltos.
Se probó con gran sigilo en Escocia, lanzándolas en el tubo de 1,30 metros en el que se solían transportar los demás pertrechos bélicos. El paracaidista debía ser capaz de extraerla del estuche y montarla en once segundos. El problema era que no siempre moto y paracaidista tomaban tierra en el mismo lugar y muchas veces se perdía mucho tiempo buscándola y, otras, directamente tomaba tierra en campo enemigo como un buen regalo enemigo caído del cielo. Dieron mejor resultado los vehículos embarcados en los planeadores que transportaron a divisiones enteras hasta el interior de la costa normanda.
Simplificada hasta el extremo, las primeras unidades fabricadas carecían incluso de suspensión. Pesaba tan sólo 32 kilos y su pequeño motor Villiers de dos tiempos, 98 cc refrigerado por aire y monomarcha podía transportar a un soldado unos 100 kilómetros a una velocidad de 45 kilómetros por hora.